En busca de distracción~ [Libre]

Hoy era uno de esos días típicos de descanso en la famosa ''Academia'', eso días que el joven mongol odia y aborrecía casi con todo su ser, no era por el hecho de dejar de estudiar o que las clases le interesaran si no que para él aquellos días no eran más que solo aburrimiento a solas, ya que en sus días que llevaba en la academia no había entablado ningún tipo de relación con nadie, cosa que era algo común en él no tener muchos amigos o gente a su alrededor debido a que la mayoría lo veía como alguien extraño, difícil de tratar y con una actitud un tanto especial. Todo aquello a él le daba igual no le prestaba mucha atención a compartir con los demás o al menos eso decía él.

Así fue como tras meditarlo mucho y quedar con dos opciones de lo que podría hacer, que eran: Salir a distraerse a fuera solo o quedarse encerrado en aquel lugar solo, no lo dudo mucho decidiendo salir, tomando su bolso echando una que otra cosa necesaria para la salida y dirigiéndose rápidamente a la salida de la academia para comenzar a vagar sin rumbo fijo por la ciudad.

Tras caminar un buen trecho y casi con los pies adoloridos se detuvo en una zona con bastante verde, algo llamativa y bastante concurrida por turistas, cosa que le llamo la atención- ¿Dónde rayos estoy? -interrogo alzando una de sus cejas mirando a su alrededor, notando que se encontraba cerca de unos de los lugares más concurridos- Genial, no podía haber dado con un lugar más solitario.. -Bufo de mala gana con el ceño levemente fruncido y una mueca en su rostro, mientras miraba con un poco de asombro, aunque no lo demostrara, aquella construcción frente a él, quedándose así unos cuanto minutos observando cada detalle de está.

Caminando por las calles, perdida en sus propios pensamientos, dandose cuenta de que estaba sola, la niñez había pasado, los viejos amigos estaba ya muy lejos, todos ellos ya tenían una vida y al parecer ella no estaba invitada a su nuevo vida, todos tenían a su persona especial, a quien cuidar y proteger, siempre había pensando que su deber era cuidar para siempre de Roderich, pero tal vez desde hace muchos años años atrás el ya se sabía cuidar y no se daba cuenta de esto, se lo negaba a ver, tenía que comenzar a hacer su vida propia.

Como directora de porno, directora de academaias de hmbres, donde puediera cultivar y apoyar la educación de los jovenes, y por no decirlo hacer de la suyas y espiarlos por que este tipo de academias era un fuerte semillero, se encoje de hombros y decide que hará de su vida.

-Vamos a caminar y pensar en el nombre de mi academia futura.-se dice en voz alta y se da una buena perdida como es su costumbre, apenas esta dominando el ingles

Ya había pasado un buen rato contemplando la edificación y reconocido casi cada detalle de esta, así fue como se aburrió nuevamente demostrándolo con un pesado suspiro y una ligera mueca que se dibujo en su rostro.

- Y, ¿Ahora que? -Se pregunto a si mismo, relajando su rostro a su expresión habitual y observando su alrededor en busca de algo que hacer- Al parecer no hay nada interesante ya aquí.. -Se puso de pie acomodando su bolso, cruzandolo y colgándolo sobre su hombro, decidido a caminar nuevamente en busca de algo que hacer.

Ya estaba en camino alejando del edifico cuando, no ten lejos de él, noto a una chica que se le hacia familiar, era la hungara una de las pocas chicas que hacia que se alterara al verla, no por el hecho de que le gustara o algo por el estilo sino que le causaba algo de temor por su obsesión por hacer ciertas ''películas'' extrañas.

- ¿Qué hará ella aquí? -se interrogo en voz baja, mirándole detenidamente al parecer estaba perdida- Supongo que sera mejor que la evite.. -murmuro, volviendo caminar pero esta vez en cuclillas intentando no llamar la atención de la chica, ya que en encuentros anteriores había terminado siendo obligado a hacer ciertas cosas incomodas.

La vida es injusta estaba sola en el mundo, sin su computadoras o realmente sentir que tenía un amigo, todos como siempre pensaba, habían hecho sus vidas y estaban felices, pero se quedo con el deseo de proteger a su querido Roderich o de golpear a Gilbert, pero todo eso tenía quedarse de lado, ellos dos eran felices, y tenía que... es fácil decirlo, pero es tan duro hacerlo, hacer su propia existencia, por que para todos, ella siempre era un anexo de ellos no realmente alguien que brillara.

En sus pensamientos se formaban mil historias, hasta que por azares del destino, tuvo frente a él una imagen, su queridisimo amigo mongol, aunque trate de ocultarse de ella, siempre lo encontrará por que sabe que destras de esa carita, se esconde un hermoso cisne.

-Hola Dai.-le dice susurrando en su oido, detrás de él.-Tengo un radar para encontrarte, donde quiera que estes, no te preocupes que sabre encontrarte

Creía que ya había perdido a la húngara escabulléndose entre las bancas y pocas plantas del jugar, rezando que esta no la viera hasta encontrarse en un lugar más alejado y poder escapar. Pero ese pensamiento fue cruelmente destrozado por la castaña, cuando el mongol escucho su voz cerca de su oído, provocandole un escalofrío y sentimiento de pavor que recorrió gran parte de su cuerpo, sobresaltándose ante aquel acto de la contraria.

- E-Elizavetha... -tartamudeo el nombre de la húngara, mientras se volteaba lentamente a verla con una ligera sonrisa forzada en su rostro, que más parecía una mueca al esta acompañaba por una ligero tic en su ojo- N-no.. te había visto.. -comento intentando calmar su tartamudeo, volteándose completamente hacia la castaña y sonriendole un poco más relajado.

Aquella sonrisa ocultaba claramente sus pensamientos y maldiciones que recorrían por su mente en aquel momento. ''¿Por qué no puedo ser más rápido o estar en otro lugar más concurrido y fácil de esconderse?'' Se preguntaba a si mismo en sus pensamientos, dejando escapar un largo suspiro resignado a lo que tendría que hacer a hora.

- Y... ¿Qué hace por aquí? -Pregunto sin muchos ánimos y son un gesto más bien resignado que se notaba en su rostro, intentando al menos entablar una conversación ya que no podría escapar de la chica.

Eres tan delicioso para molestar, que es un placer hacerlo, como si fuera una adicción, y es que tu me dejas hacerlo, te conviertes en mi esclavo sin oponer resistencia, dudo que sientas algo de cariño o sentimiento por mi, simplemente te dejas molestar por que no crees en tu propia fuerza y te das por servido, te dejas atropellar por los demás sin que te importe realmente tu y tu como persona, pero no te preocupes siempre estaré a tu lado, siempre siempre, pero no te lo puedo decir así o terminarás suicidante.

-Pues es que estaba sola en el cuarto y decidi venir aquí, encuanto te vi, me dije a mi misma, tenemos que ir a saludar a Dai, tu sabes que te extraña mucho, que él sin ti no sabría que hacer, quizás huir despavoridamente de ti.-le toma del brazo, y empieza a caminar con él.- Me tienes miedo y ese un sentimiento muy adorablepor parte de tu persona, tanto que me harías enamorar de ese miedo en tu cara.

No supe por que me agradaba atormentarlo, quizás ansiaba saber que haría al escuchar esas palabras, quizás me diría la verdad y pondría un alto, o tal vez simplemente dejará que lo siga utilziando hasta que me canse, pero no sabemos que pasará, deseo ver al Dai malvado.

Se mantuvo en silencio un buen rato, mientras la contraria al parecer estaba sumergida en sus pensamientos, momento que aprovecho para ver la manera de escapar de ella o de distraerla para que no le obligara hacer nada que él no quisiera hacer. Ya estaba formulando un pequeño plan en su mente, cuando todo de bloqueo al escuchar las palabras de la castaña, provocando que tuviera un ligero tic en su ojos derecho tras oír estas.

- ¡¿E-enamorarte de mi?! -Pregunto un tanto exaltado, soltándose rápidamente del agarre de la húngara, mirándole con una expresión algo temerosa y molesta- Ni se te ocurra pensar en eso! Si te llegaras a enamorar de mi terminaras sufriendo.. tenlo por seguro.. -Replico su comentario en un tono un tanto serio, cerrando sus ojos y frunciendo un poco el ceños mientras negaba con su cabeza, acto que acompañaba a sus palabras.

Dio un pesado suspiro, mirando a la chica directamente a los ojos, manteniendo su expresión seria y posicionando sus brazos cruzados frente a él antes de seguir con sus palabras y replicas.

- Espero que lo que dices solo sea una broma o un comentario idiota.. por que lo que te digo es verdad... -Aclaro, manteniendo su mirada firme ante sus palabras, era verdad el mongol nunca había sentido nada por nadie o eso decía él y si alguna vez lo sintió nunca lo demostró pues no era de las personas que se expresara con facilidad hacia el resto, y por eso mismo temía ante las palabras de la chica y de dañarla pues aunque si bien no soportaba su presencia aun la consideraba su amiga. Creía que al aclarar aquello aun que fuera una broma por parte de la castaña, quedaría todo claro y terminaría con las intenciones por parte de esta.

Estaba viendolo actuar de esa manera, era lo bastante curioso para hacerlo, siempre se mantenía alejado de nosotros, apsar de los intentos para que se integrará al grupo, suspire si siempre que digo eso lo hablo de broma, pero bueno es algo raro, pero no por nada divertido, lo vuelvo abrazar, por que no me gusta que se me escape, es algo que a nadie le permito que haga, es un tanto un juego algo macabro, lastimo y hiero, pero a la vez entrego algo de cariño, le doy un beso en la mejilla ante el nuevo agarre, mientras empiezo a tarearear una canción infantil

-¿Quién te ha hecho sufrir de esa manera Dai?-pregunte en su oido, mientras roce con las llemas de mis dedos sus mejilla, quería escuchar de su propia boca, a que tanto le teme, había encontrado parte de su punto vulnerable.- ¿A quien lastimaste de esa manera, que te sientes tan culpable y evitas que los demás se te acerque?.

Por que si alguien sabe ocultar bien sus sentimientos no era ella, todo tenía que ser tan claro, tan preciso, por que ella era una perosna que le gustaba saberlo, por que tenía que estar rodeada de la gente que la quiere, era algo que era necesario para ella, como una gran droga, como un cosa vital, pero sus seres queridos habán hecho ya su vida, no era inespensable, lo solto, era tan diferente, no comprendia como podia ocultar sus sentimientos, era un ser extraño, pero se dice que todos somos extraño, suspiro y se puso a su lado, mientras escuchcho unos paso.

-¿Y a donde vamos a ir?-pregunta curiosa para seguir evadiendo el tema

Se quedo en silencio dejándose abrazar por la castaña, sintiendo aun incomodo por aquel contacto físico, suspirando pesadamente cerrando unos instantes sus ojos y frotándolos por debajo de sus lentes, para tranquilizarse un poco. ¿Por qué todo tenían que ser tan odiosos con sus abrazos y demostraciones afectivas? Se preguntaba a si mismo, sin buscar una respuesta en sus pensamientos, que fueron interrumpidos al escuchar la interrogantes de la contraria hacia.

- No es nada, en verdad no importa -Se negó a responder, no tenia ánimos de hablar de ello ni de recordarlo, así que prefería pasar el tema por alto y buscar otro tema de conversación que por casualidad o eso creyó él la húngara proponía, tras tanta interrogare ''desagradable'' para el mongol- ¿Donde iremos? Pues... -Miro a su alrededor, sin tener claro donde ir o que hacer en aquel lugar- No lo se... -Respondió dando un ligero suspiro- Donde tu quieras, no lo se, no tengo mucha imaginación de donde ir ahora. Por mi caminaría sin rumbo hasta encontrar algo interesante -Comento sin mucho interés.

Por primera vez en el tiempo que conocía a la castaña, le daría la posibilidad de decidir que hacer, aun que no muy convencido de su sedición pues tenia claro que la contraria no era de las que hicieran cosas muy... ''Normales'' que digamos, esperaba que esta vez no ocurriera nada malo o incomodo al esta con ella como en ocasiones pasadas.

Tan cerrado que le daba aun más curiosidad saber que era lo que pensaba, pero no era aun el momento, por que le tenía bastante miedo y la verdad tenía razón, era terrible cuando se lo propone, trataba de pensar en un buen lugar para que fueran y que el otro no saliera huyendo, no dejaba de abrazarlo para que no se escaparan, así que pensaba que ese era el mejor lugar para llevarlo, le puso su brazo en le hombro y empezo a caminar, con rumbo a un lugar que el otro conoceria hasta que llegaran.

-¿Y ya tienes amigos?.le pregunta caminando, empezando a llegar dondre se encontraran las calles más transitadas, era un día nublado como siempre, el frió era más cruel en esos momentos, salió poco abrigada y estornudo, probablemente abría pescado alguna enfermeda, se sintió molesta era una joven demasiado sana para que ocurriera eso.-Me siento sola Dai, terriblemente sola, nadie ocupade mi.

Le dijo, pero al darse cuenta de esto, simplemente siguio caminando de su brazo, y lometió a una cafeteria cercana.

-Quiero un cafe helado.-le responde tratando de ignorar el momento de estupidez que había tenido momentos atrás.