Perdida { Libre~ }

Dio una vuelta en redondo, y otra, y otra... sonrió nerviosamente mientras un pequeño tic se apropiaba de su ojo. Oh sí, su genial persona se había perdido en los inmensos pasillos de aquella bendita academia. ¿Por qué tenía que pasarle esto a ella? Solo quería ir al comedor a robar algo de comida en una hora no permitida. Maldito karma, atacaba cuando menos se lo esperaba uno.
Tras girar un par de esquinas y recorrer pasillos que parecían plagados de idénticas puertas que llevaban a las mismas idénticas clases, se paró en seco y soltó una risa nerviosa.

-Ahaha...s-seguro que acabaré encontrando la salida, soy demasiado genial como para quedarme perdida por aquí. -se automotivó para no caer en la desesperación de llevar como una hora y media vagando por ahí.

Era realmente torpe, ¿o descuidada era mejor adjetivo? Fuera como fuera, allí estaba ella, sentada enmedio del pasillo, abiendo su cartera y sacando un ordenador portátil de dentro.
Lo encendió rápidamente y abrió la página de su blog, su adorado blog. Ella se había perdido y CLARAMENTE tenía que contarlo.
Comenzó a teclear una nueva entrada en su blog mientras esperaba que la gracia divina la sacara de allí...o por lo menos otro estudiante.

Y no, no estaba causando desórdenes ni mucho menos andando por los pasillos a horarios no permitidos, la gran verdad era que ... había llevado unos libros a la habitación de una amiga que estaba mal de salud y pues, el caso era que terminó extraviada de regreso a su sector ¿lamentable no? sobretodo cuando eres una niña pequeña y no hay nadie por las cercanías.

- ¿Eh? - Y es normal decir eso y parpadear extrañada cuando caminas nerviosa por unos pasillos y vez... algo a la lejanía, oh~ pobre liechtensteniana que debe de esconderse en la esquina de un pasillo para analizar casi de forma tímida lo que vio mientras andaba... que resultó ser nada más ni nada menos que una chica... ¿con una portátil? bien, eso era demasiado extraño para ella.

- Buen día -Oh buenas noche, había perdido la noción del tiempo- Disculpe mi atrevimiento pero...¿Se ha perdido usted también? -Y es que no creía hubiese otra razón para estar ahí, aunque lo de verla teclear le hacía dudar un poco, no comprendía los fetiches raros de la gente(?)

Concentrada como estaba en su constante y, quizás algo agresivo tecleo, no se percató de que había alguien observandola medio-oculta en la esquina del pasillo donde se encontraba.
Sus ojos rojizos recorrían las líneas de la awesome entrada (o por lo menos ella pensaba eso) que había dedicado a su tremendamente desastroso y desafortunado destino de acabar perdida en los interminables pasillos de aquel lugar.
Por ello se sobresaltó algo al escuchar la suave voz de la chica, haciendo que cerrara instintivamente la tapa del portátil con fuerza y volteara la cabeza. Después de ver a la jovencita se levantó y recogió el ordenador, poniendolo bajo su brazo.

-¡Buenos días! -saludó animada de que alguien por fin llegara a donde estaba. -¡Ahaha, perdida, ¿yo?! C-Claro que no... -dijo no demasiado convencida, por lo que luego recapacitó. -B-Bueno, ¿qué con eso? Estos pasillos son casi todos idénticos.

Miró a su salvadora, por decirlo de algún modo, y confió en que ella supiera por donde se encontraba la salida. No es que no pudiera salir por si misma, claro que no, simplemente no quería ponerse a pensar. O por lo menos eso se dijo autoconvenciendose de que no era inútil a la hora de orientarse.

Una sonrisa nerviosa se dibujó en su cara, lejos de depresión o pena era solo una mala noticia, bueno, para ella había sido mala noticia hace un tiempo prologando ya, sin embargo, para la albina quizás sería un poco más chocante pues sería como una desilusión de momento(?).

- Lo lamento, joven... -No sabía su nombre por lo que lo dejó hasta ahí- ...pero también estoy extraviada -Y asintió con el comentario de los pasillos, debía admitir que eran todos iguales, no obstante, no podría dejarse vencer por eso por que lo levantó la mirada y en un impulso de idiotes(?) optimismo solo sonrió dulcemente. -Pero sabe, podríamos buscar el camino juntas ¿que le parece?

Si, ella siempre ha sido muy optimista y positiva en varios aspectos, ojala la prusiana tomara bien la propuesta.

Aquella fue la peor noticia que pudo haber escuchado en aquel momento. Era catastrófica, horrible. Cayó sobre ella como una fría losa de mármol.
La sonrisa de salvación(?) que se había formado en su cara se quedó congelada y un poco torcida, dejando que aquel fastidioso tic volviera a invadir su pobre ojo.

-B-bien, ¡claro! -afirmó recobrando algo la compostura mientras miraba a la pobre chica que también estaba perdida. -Siempre es mejor morir acompañado (?)

Obviamente, aquello era un pensamiento demasiado catastrofista, pero esque el estómago de la prusiana había comenzado a rugir de nuevo, puesto que el karma (al cual estaba maldiciendo en todo momento) había hecho que se perdiera antes de lograr llegar a la cocina y saquear algo para llevarse a la boca.
Se echó la mochila al hombro y se estiró, mirando a ambos lados del pasillo para decidir por cual ir. Miró a la pequeña liechtensteniana y le tendió una mano.

-Yo soy la genial Maria Weillschmidt~ -se presentó, con no demasiada humildad.

Oh, lo primero realmente había sido catastrófico de solo pensarlo, le hizo tener incluso un ligero escalofríos recorrerle la espalda, nada bueno. - ¿Mo-morir? - Y siempre había sido una niña muy racional como para creer que eso podría ocurrir, pero el tono que la prusiana había usado era digno de la mejor actriz, lo suficientemente bueno para que ella se angustiara un poco. Se asustó un poco pero el sonido del estomago de la germana mayor bastó como para traerla nuevamente al planeta tierra lo que demostró sacando un pan de su bolsillo (a saber que hacía un pan ahí...) y tendiéndoselo con una sonrisa en sus labios... una sonrisa algo nerviosa, mutada pero una sonrisa en fin.

- Mi nombre es Lilly Zwingli, es un placer conocerla- Y temió que el pan no bastase, era algo pequeño, pero el foco se le iluminó al mirar los pasillos de reojo un par de veces. -Conozco el camino hacia la cafetería ¿Le apetece ir? -Le consulto intentando mantener a la linda prusianita calmada~ Sinceramente era el único camino que recordaba puesto que había pasado por ahí hace poco.