Evento Halloween; Una noche de sorpresas y misterios

Ya se acercaba la noche de aquel día tan esperado por la mayoría de los alumnos, uno de los pocos días en que la academia se preparaba para hacer una gran celebración durante el años escolar, la tan esperada ‘‘Noche de Brujas’’, ‘‘Halloween’’, “Noche de los Muertos” o como deseen llamarle. Los jóvenes hablaban y relataban tantas historias como les fuera posible. Los corredores estaban siendo inundados con tales historias poniéndoles la piel de gallina a algunos, emocionando a otros.

De cualquier manera, por fin había llegado y como siempre el comité de alumnos junto a algunos profesores, al igual que en otras celebraciones realizadas durante el año, habían decorado gran parte de la academia para la ocasión de esta noche.

Por donde se viera, ya fueran los pasillos, vestíbulos e incluso el gran salón, todo estaba decorado lo más tétrico posible, que junto a la infraestructura antigua de la academia le daban un toque más terrorífico; sobre todo al caer la noche y con solo la luz de la luna y uno que otro candelabro con velas que alumbraban el lugar. Se podía pensar que el recito estaba construido para celebrar esta noche, todo parecía tan natural, con ese toque que haría que muchos tuvieran pesadillas.

Ya estaba todo preparado para la gran noche; el director junto con algunos administrativos por fin mostraban, nuevamente, sus rostros, tras la ultima ‘‘Gran’’ celebración que había tenido lugar en es mismo recinto que ahora, el gran salón. Como era de esperarse el Director se encontraba sobre el pequeño escenario que estaba en medio del salón, parado frente aun micrófono esperando que los alumnos presentes fueran disminuyendo su volumen de voz y así poder dar unas pequeñas palabras antes que empezara la celebración.

- Alumnos… -Dijo finalmente el directivo através del micrófono, provocando que todos los hablantes se callaren repentinamente, dirigiéndose toda la atención hacia el hablante- Buenas noches alumnos –Prosiguió hablando- Estamos aquí reunidos para celebrar en esta noche tan esperada, la noche de Halloween. Esperar que todos se diviertan y pasen una grandiosa noche, llena de espantos y sorpresas que les esperaran en las siguientes horas –Decía el Director con gran entusiasmo en sus palabras, observando a los presentes- Bueno, sin más que decir, les deseo una fabulosa y divertida noche… Y que la fiesta comience –Dijo terminando su breve discurso antes de que la música, que iba acorde a la temática de la celebración, comenzara a sonar en el Salón y los alumnos volvieran a entablar sus conversaciones y empezaran con la fiesta.

(Bien, ahora es el turno de los user’s continuar con lo ocurrido dentro de la fiesta, pueden seguir posteando aquí y hacer un tema masivo o abrir temas privados, como quieran. Feliz noche de brujas n_n)

El chico entró en la sala enfundado en un traje de aristócrata gotico y miró alrededor. La poca luz que había y lo fácil que era pisar a la gente presente le hacían andar con inseguridad. Los zapatos negros relucientes le hacían daño cosa mala, pero no tenía otro calzado digno.

Se sentó un poco alejado del personal y bostezó. No era un chico fiestero, es mas, odiaba ir a las fiestas así que sacó un libro e intentó leer. Luz pásima, no hubo éxito. Se dedicó a contemplar el personal hasta que se encontró con los ojos de la italiana con el refresco en la mano. Queria acercarse, pero no sabía que decir.

En su tierra natal tal celebración era vista de manera algo extraña y pasaba casi inadvertida, rara vez se hacia algo. Y aunque se hiciera algo en su isla, a el no le importaba mucho, pero ahí se notaba que era bastante diferente, ahí la llamada "Noche de Brujas" como decían algunos se hacia notar con grandeza al estar toda la academia adornada y también con la esperada fiesta de Halloween, pero mientras todos los alumnos se encontraban en el salón, el estaba durmiendo. Quería descansar antes de bajar a ver que tan asombrosa seria la fiesta, pero nuevamente su sueño venció al ruido del despertador de su celular. Llegaría tarde, por suerte, para el discurso del director así que se tomo su tiempo. En los días anteriores al evento no se rompió mucho la cabeza pensando en su disfraz, elegiría algo accesible y repetido; iría de vampiro.

Se puso frente al espejo, vistiendo la camisa blanca y pantalón negro, se desabrocho los dos primeros botones del cuello y puso la capa con algo de dificultad, y como cereza del pastel, los colmillos. Seguramente se los sacaría en algún momento de la noche, pues no negaba que eran molestos. Una vez vestido, bajo al salon pasando por los desolados y tétricos pasillos, todo lucia como para que el diera miedo, pero su actitud y sonrisa causaban lo contrario. Bostezo al llegar y en busca de algun rostro familiar vio al noruego, no esperaba hablar con el pero decidio estar cerca de alguien que ya hubiera visto antes. Se puso a unos metros de el, viendo el lugar con expresión pasiva.

No es que quisiera ir a la fiesta... de hecho, la sola idea le tiraba mucho para atrás, pero sin saber como, se encontró una hora antes de que el evento comenzara plantada frente a su armario, mirando críticamente la ropa que tenía.
No se iba a complicar demasiado, realmente tampoco quería trabajarse mucho el traje, así que se pintó unas ojeras negro carbón que resaltaban sus ojos y se vistió con un vestido negro que encontró, a saber como, guardado en una caja del fondo y un gorro puntiagudo. No era la cosa más original del mundo, pero no le importó, simplemente lo hizo por aburrimiento.

Cuando entró en el salón, el director estaba casi acabando de hablar, por lo que se apoyó contra una pared y se dedicó a observar a los demás alumnos que había dentro, la mayoría (por no decir todos) vestidos con los típicos trajes de la noche de brujas.
Realmente no se sentía cómoda en vestido, pero era lo más ''terrorífico'' que encontró. Miró alrededor buscando a alguien conocido, pero no encontraba a nadie, por lo que, pensó, no tardaría en irse a hacer algo más productivo.

Divisó en una pared más alejada alguien conocido vestido de vampiro, asi que se abrió paso, no sin mucho esfuerzo, entre el alumnado, para llegar a su lado. Se colocó bien el gorro que casi se le había caido y le tocó suavemente el brazo.

-Bonito disfraz. -observó en voz baja.

Dirigió la mirada a los dos jovenes a unos metros de él, pero aunque fueran conocidos no se atrevió a decir nada. Frunció el ceño y se levantó a buscar algo comestible. Galletitas en forma de fantasma, dulces..... no es que le gustaran este tipo de cosas pero por un dia no se iba a morir.

Regresó al sitio de antes, volviendo a repasar la pareja con su fría mirada y mordisqueando una galleta. Reconocío que el ambiente estaba demasiado muerto para ser una fiesta.

El asiático como era de costumbre para él ya iba retrasado a la hora en que se suponía que empezaba la fiesta, aunque no tenia mucho interés en ir temprano puesto que como de costumbre el director daría sus latosas palabras sin sentido, aun si quería estar presente desde el principio ¿Razón? solo por que si o simplemente para estar más rato fastidiando gente, lo cual era su hobby.

Ya estaba por llegar al recinto de la fiesta, vestía un traje un tanto típico de su país y una tantas vendas ''ensangrentadas'' que cubrían su rostro dejando solo un ojo libre y su boca, y otras tantas que salían por debajo de sus mangas y rodeaban sus muñecas. Al fin llegaba al gran salón, ingresando a este un tanto perdido entre tanta oscuridad sin logra divisar a nadie familiar.

- Genial... no hay nadie conocido.. -Bufo haciendo una ligera mueca que poco se notro tras su vendas, cruzándose de brazos al notar que no había ningún conocido en el lugar, quedándose parado justo a la mesa de golosinas para así ir comiendo debes en cuando una, mientras aun mantenía su búsqueda de alguien familiar dentro del salón,

Se estaba quedando dormido del aburrimiento, pensando si debería irse en algún rato si nada interesante pasaba en los siguientes minutos, ya que mas que una fiesta parecía una reunión de miradas. Mas de alguna persona observaba a la otra en silencio, y la otra le devolvía el gesto, pero ahí permanecían sin hacer nada, dio un suspiro pesado y miro de reojo al lugar, por lo que su mirada paso por la entrada del lugar, y la devolvió para centrarla en una conocida figura que reconoció al instante, pensó en acercarse, pero desecho la idea al ver como ella termino haciéndolo, en el entretanto miro el centro del lugar.

- Bromeas- respondió a la frase de la albina, que lucia bastante diferente con esas prendas y aspecto, no es que luciera mal, al contrario...pero si lucia diferente- Fue lo único decente que pude conseguir para la fecha, por lo que no lo llamaría un "buen traje"... pero gracias-estiro su dedo y como siempre, pico su mejilla- Te ves bien- le dijo, mirandola y esbozando su sonrisa.

Al fin había visto alguien conocido, no recordaba por que le tenía tanto miedo, pero no importaba le iría a saludar a su querido amigo Dai, sabía que siempre que la veía le causaba la mejor impresión, por que al parecer de un tiempo para aca se conviertieron en compañeros de proyectos, ella le ponía delicados trajes y el trataba e huir de ella, era un amistad a prueba de todo y si se negaba bien podría utilizar un poco de fuerza.

Camino de manera rápida para llegar a donde estaba el otro, no quería que escapara, se estaba volviendo hábil en hacerlo y no se puede dar el lujo de pasar de no obtenerlo esa noche, llevarlo a un ricón obscuro aunque llore o se repate, tener un orgasmo de placer, al verlo vestido con sus trajes.

-¿Me has extrañado?-pregunto dandole un beso en la mejilla a Dai

Al parecer no había mucho movimiento en el lugar y todo el alumnado se dedicaba a mirarse o charlar en pequeños grupos en los rincones del gran salón. Se estaba aburrido notablemente, demostrándolo con largos suspiros de pesadez que soltaba mientra comía aquellos bocados de la mesa cercana a él y observaba el lugar de manera fugaz con su vista hasta que noto la presencia de la italiana cerca de él, pensando rápidamente en una manera de fastidiarla o tal vez asustarla.

Ya lo tenia planeado se acercaría a ella y la asustaría con una de sus cuchillas, seria algo divertido para él y a la vez simple o eso pensaba hasta que sintió a alguien muy cerca de él y luego le besaba la mejilla sin previo aviso.

- ¿Qué rayos?! -Pregunto un tanto sobre saltado, separándose de golpe de la chica al notar que era la húngara- E-eh.. eres. tu.. -tartamudeo un poco, tras sacar sus lentes de su bolsillo y ponérselos para observarle mejor- ¿Qué manera de asustarme es esa?! -Le interrogo un tanto molesto, pues por su manera de ser no soportaba que le asustaran o tener mucho contacto físico con la gente.

Se encogió de hombros ante el comentario del chico.

-También fue lo primero que encontré. -dijo haciendo un gesto vago con la cabeza. -Tampoco es que asuste demasiado.

Se recostó contra la pared mientras el chico picaba su mejilla con su dedo, frunció levemente el ceño pero dejó que siguiera, de todas maneras, aunque le apartara la mano, no tardaría en volver a molestarla.
Observó el resto del lugar con un gesto aburrido, sinceramente, no tenía aspecto de una fiesta, puesto que los alumnos que se encontraban hacían poco más que mirarse unos a otros.
Suspiró aburrida y se acercó a una mesa a por un vaso de jugo de color rojo, intentando simular el color de la sangre. Sorbió un poco mientras volvía a donde se encontraba el muchacho. Se fijó en la boca del joven y enarcó una ceja.

-¿Colmillos? -preguntó algo curiosa. -¿De dónde los sacaste? Te sientan....-pensó durante un momento, ¿bien? ¿extraños? ¿originales?... - Te sientan vampíricos. -obervó finalmente mientras se acomodaba el gorro.

Mientras la supuesta fiesta seguía sin serlo, el albino imito a la chica y cogió un vaso del mismo jugo y bebió un trago del mismo. Apenas la chica menciono el complemento de su disfraz, se los acomodo un poco posando los dedos sobre sus mejillas, ya se empezaban a hacer incomodes, pero no habría gracia alguna en un disfraz de vampiro sin colmillos, seria como una momia sin vendas, o el pirata sin parche en el ojo. Noto ademas que la chica no encontraba la palabra para terminar la oración, por lo que le sonrió y pico su estomago.

-Gracias...- fue lo único que dijo, ya aburrido del ambiente de la fiesta y escuchando la música algo lenta que empezaba a sonar invitando a la gente a animarse un poco mas y bailar, pero muy pocos aceptaron. Miro a la chica y realizo la pregunta, sabiendo que habria una probabilidad muy grande de que no aceptara, conociendola.

-¿Bailamos?

Ya era tarde para la llegar a la celebración de aquella noche, obviamente iba retrasado y más obvio a un se había perdido el discurso del directo de la academia, cosa que poco y nada le importaba, solo preocupándose de tal vez haberse perdido algo interesante que haya ocurrido en su ausencia.

El rubio se dirigía a paso rápido al gran salón, mostrando una gran sonrisa en su rostro el por fin mostrar el traje que tenia preparado para aquella noche, el cual consistía en un traje algo... ''típico'' de su país, un traje vikingo. El traje era ligeramente simple, consistía en pieles de animales falsas y uno que otra parte de una ''armadura'', tal vez lo que más llamaba la atención de aquella vestimenta era la gran hacha que llevaba consigo y alzaba en al aire como si de un juguete se tratara.

- Es hora de mi entrada triunfal... -Se decía en voz baja, sonriendo algo ladino al detenerse frente a la puerta del gran salón. Quería hacer una gran entrada pero no se le ocurría como más que destrozar con su arma aquella puerta, lo cual obviamente le traería muchos problemas.

Tras meditarlo pocos segundos (?), alzo su hacha en el aire riendo de manera estrenduoza, esperando que se escuchara al otro lado de la gran puerta, para luego golpear finalmente con su hacha la puerta enterándola de un solo golpe en está y así volviendo a alzarla antes de dar un par de golpes más antes de entrar definitivamente al lugar.

Miró al recién llegado con indiferencia absoluta.

- Ya está aquí el animal.- dio otro mordisco a su galleta y giró la cara, como si no quisiera que le viera.

Se camufló entre la multitud para así pasar desapercibido.

Estaba a punto de contestar a la propuesta del chico, en un principio negativamente, cuando una persona ruidosa y, por lo que se podía advertir, con poco cerebro, irrumpió en la sala. Giró la cabeza albergando alguna sospecha de quién podría ser, confirmando sus ideas al ver en la puerta y enarbolando un hacha que parecía, cuanto menos, preligrosa, a un chico rubio vestido con una especie de traje vikingo.
Lo reconoció enseguida, claramente, el danés no era alguien que pasara desapercibido.
La albina frunció el ceño mientras se tapaba los oídos con los laterales del sombrero, haciendo un notable gesto de molestia ante la presencia y ruidosidad del recién llegado.

-Me da que el silencio se ha acabado ya. -comentó mientras hacía una mueca y trataba de ignorar al danés, girándose de nuevo hacia el muchacho disfrazado de vampiro.

Sospesó la propuesta del muchacho y, finalmente, asintió con la cabeza preguntándose en su interior porque demonios acedía a bailar, siendo que ni le gustaba, ni sabía, ni seguramente se le daría bien. Todo fuera por alejarse del torbellino con hacha recién presentado.

Justo cuando creyó que la chica a a responder, sintió un fuerte estruendo proveniente de la entrada, causando que todos en el salón miraran y la música dejara de sonar. Al estruendo le siguieron varios mas y el albino observaba como la puerta quedaba hecha astillas en el suelo, a causa del hacha con que había sido abierta. Apenas vio quien era, soltó una gran carcajada, una reacción bastante diferente a la de sus compañeros, que lucían molestos o aun algo pasmados. Su risa duro un buen poco, era algo que el danes haría, pero mas chistoso resultaba el hecho de que la puerta estaba abierta.

-Creo que quería llamar la atención...- no tardo mucho para que la gente volviera a lo suyo y la música volviera a sonar. Sonrió por la respuesta de la contraria y la cogió de la mano para llevarla hacia donde otras parejas bailaban lentamente. No era el mejor, pero no lo hacia mal. Una vez en la posición, se puso frente a ella y la miro algo divertido y llevo la mano a la cintura ajena y con la otra tomo su mano, comenzando a moverse, esperando a que le siguiera.

Tras golpear y por poco dejar hecha añicos la puerta con su hacha, la cual al parecer estaba abierta, ingreso al salón con una sonrisa de oreja a oreja al notar que su cometido de llamar la atención de los alumnos presentes se había cumplido. Victorioso avanzo con paso firma y marcado hacia la multitud de alumnos, con su hacha colgada sobre el hombro y su típica sonrisa alegre dibujada en su rostro, conforme iba avanzando buscaba con la mirada a alguien familiar notando al par de albinos en el centro del salón, a quienes veía como sus hermanos pequeños, para luego notar la presencia del noruego entre los alumnos.

- Hola! Noru-chii~ -gritaba al saludar al rubio que intentaba escapar de este, acercándose a él quedando tan solo a metros- Pensé que no vendrías a la fiesta -comento con suma confianza al estar junto a a él, sonriendo como siempre, ignorando la miradas y comentarios que se habían formado tras su aparición en el recinto.

Estaba preparándose para la fiesta, sabía que llegaba tarde pero no era su intención ya que se había quedado dormida después de una larga conversación con su hermano acerca de lo que iba a hacer el día de la canción criolla, porque Halloween caía ese mismo día.
Había estado escuchando unas canciones bien criollas mientras se ponía su disfraz improvisado de pirata que consistía en una blusa blanca que dejaba ver sus hombros, un corcel rojo que le quedaba ajustada la cintura, cosa que no le gustaba mucho, una falda que le llegaba debajo de las rodillas negras con rayas rojas que terminaba en flecos unas botas negras y una pañoleta roja con pequeñas calaveras negras y por supuesto ese molesto parche y también una daga con su estuche que se había encontrado tirada, lo sitúo en su cintura .
Se dirigió rápidamente al salón, la ambientación a su alrededor le daba escalofríos, como si lo fuera a pasar algo.
Al fin había llegado y vio la puerta destrozada, suponía que era parte de la ambientación o algún chico loco lo había hecho; se dirigió hacia la mesa esperando que nadie notara su presencia, fijo su mirada a la pista de baile y vio a Jakob bailando con una linda chica – Que bien se ve – era todo lo que pensaba .

El noruego sentía vergüenza ajena. Por culpa de aquel idiota sin cerebro había pasado de "alumno anónimo" al "amigo del raro". Quería que se le tragara la tierra, rojo hasta las orejas e intentando apartarse del danés.

- ¿....Cuantas veces te tengo dicho que no me llames así?- murmuró- eres molesto, Anko.

Le dio pena el pobre noruego que trataba de huir de su destino, con poco éxito, puesto que el danés ya se había colocado a su lado y se encontraba, como siempre, llamando la atención de una forma escandalosamente efectiva.
Movió la cabeza con desaprobación y siguió al chico hacia la pista de baile, cada minuto arrepintiendose más de lo que iba a hacer.
Cuando el chico empezó a bailar, la albina intentó seguirle los pasos torpemente, frunciendo el ceño para tratar de concentrarse y no equivocarse en los movimientos, cosa que le resultaba asombrosamente complicada.

-Creo que ya recuerdo porque no bailo nunca... -comentó entre dientes mientras casi tropezaba y trataba de mantener el equilibrio.

Intentaba seguir el compás de la música y, si no llegara a ser por el chico, no hubiera aguantado ni un minuto en la pista. Ya se comenzaba a cansar, puesto que su condición física no era la mejor del mundo, por no decir que dejaba bastante que desear, pero no se detuvo porque, contra todo lo que esperaba, en el fondo lo estaba pasando bien.