Lovina Vargas Alumno de Segundo Año
Mensajes : 28 Mochis ♥ : 34 Yaoi ♥ : 1 Fecha de inscripción : 01/11/2010 Edad : 30 Localización : En mi amada Italia Empleo /Ocio : Estudio... Humor : ¡¿A ti que te importa?!
| Tema: Esto... definitivamente no es lindo... Jue Nov 04, 2010 8:47 pm | |
| “Mamá siempre dijo que uno tenía que poner de su parte para que cada nueva experiencia fuera mucho mejor de lo imaginado. Mientras más lo pienso mucho más me acerco a la conclusión final: No importa cuánto te esfuerces, que no te quejes, no importa… Gran Bretaña sigue siendo del asco y vendería a mis hermanos con tal de volver a Italia. Prefiero quedarme a solas en una noche oscura en Nápoles que seguir en esta aburrida ciudad”
Pensaba mientras bajaba las escaleras y caminaba con algo de lentitud evitando mostrar algo específico en el rostro que no fuera el enojo que sentía en aquellos momentos.
“Todos son unos estirados que miran con desprecio y usan su “acento” para comunicarse y no solo es eso. La comida es tan mala que hasta un perro vagabundo lloraría si le obligaran a comerla. Si, así de mala. Tan mala que me obligo a esto, delirar un resto mientras camino hacia la estúpida enfermería porque me duele el estomago y hasta me dieron nauseas. Maldito intento de comida. En Italia no hubiese pasado lo mismo, hubiese disfrutado el almuerzo y hasta pediría un segundo o tercer plato y podría vivir, pero no, estoy acá casi muriendo”
- ¿Me pregunta quién será la enfermera o enfermero o lo que sea? – Murmuro antes de entrar a la enfermería, ni siquiera quería golpear la puerta. Quizás no había nadie y le tocaba esperar afuera y para que eso no pasara solo entro. Paso derecho a una de las camillas y se recostó un poco en ella. No creía que ese lugar fuera a estar solo mucho tiempo. Alguno de los doctores debía atenderla o dementaría al instituto por incumplimiento de normas. Bastardos estirados.
“Ahora…. ¿Qué es lo peor que me puede pasar?... no quiero pensar en ello o terminare tirándome del puente a ver si con eso se termina ese martirio. Porque parece que Dios me odia tanto. Seguro debería ir mas seguido a la iglesia…”
Suspiro pesadamente antes de quejarse un poco por el dolor de estomago, ya no sabía si volvería a comer en esa cafetería o entraría en huelga de hambre hasta que traigan a un italiano que cocine para ella. Ni la ensalada le sabía bien en este instituto.
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