Se podria decir que algunas costumbres se le iban pasando y que adoptaba nuevas conforme cambiaba de casa, pero algunas seguian ahi, como esa mania de despertarse a la 1 de la madruaga para volver a su pequeño juego una vez mas. Alguin diria que es un juego enfermizo. Que esa actitud que mostraba por las noches no era nada propia de el, Já, ¿Qué sabran?. Ahora a hurtadillas corria por el desolado gimnasio de la escuela. Se fue abajo de las gradas, de su bolsillo izquierdo saco un pequeño bolsito simple y en el suelo izo un circulo. Al terminar se sento en el medio del circulo que habia trasado, se remango la manga de su camisa y sacando una cuchilla empezo a tantear su piel. Ocacionalmente se veia en el reflejo de esa cuchilla para luego solo hacerse un corte pequeño, nada grave. Suspiro al ver que no se habia atrevido denuevo, su pequeño juego de ver hasta cuando tendria los cojones de hacerse una herida mayor seguia en pie. Se acusto en el frio suelo de cemento y miro a la nada.
Oh pequeña y tortuosa maldicion. No seria valiente de enfrentar sus miedos si no perdia su primer y mayor temor, el ver sangre, su propia sangre. Suspiro una vez mas mirando la cuchilla denuevo, parecia burlarse de el, todo parecia burlarse de el.
Que temeroso, que infefenso, que tonto se veia ahi, acostado en el frio suelo mirando a todo y a la vez a la nada.