El comienzo del fin (?) | Privado

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Aún cuando estaba frente al majestuoso establecimiento, no podía aprobarlo del todo. ¿La razón? bastante simple: se trataba de una academia inglesa. Impregnada, por lo tanto, de sus costumbres y demases.

Pero tendría que resignarse, ya no tiene oportunidad de dar marcha atrás.

- "Sólo basta con adaptarse" -piensa, suspirando. Intenta verlo de un modo optimista y aún con esa convicción el miedo a entrar sigue ahí. No quiere ni imaginarse esa decoración sombría o el olor de la comida que sirven en el casino, mucho menos el atuendo igual de lóbrego de los alumnos posiblemente ingleses que estudiarían ahí. No quiere lidear con esa clase de personas; podría hacerle la vida imposible a uno, pero no a un montón de ellos, no.

Bien sabía que también tendrían alumnos de otras naciones, justo como él. Eso le tranquilizaba un poco y le daba una posibilidad de resistir mejor su "oh, tan desgradaciada" estadía en ese lugar.

Y de pronto, cuando sus nervios están a punto de estallar a causa de sus propias reflecciones, divisa una figura que le obliga a tragar saliva, figurar una sonrisa que más parece una mueca extraña y sufrir un ligero tic en la ceja. La persona que menos quería ver en este momento se presentaba justo frente a sus ojos.

Tema: Re: El comienzo del fin (?) | Privado Jue Sep 02, 2010 7:41 am

Otro verano había pasado y con él, un nuevo año escolar comenzaba. La verdad es que mentiría si dijese que estaba alegre por eso, ¿cómo alguien como yo, con más enemigos que amigos dentro de la escuela, podía estar feliz de que sus únicos momentos de paz terminasen? Eh, tampoco es como si yo necesitase amigos o alguna tontería como esa, no. Sólo es como mejor me han salido las cosas.

Además, no se trataba únicamente de mis 'enemigos generales' como ese estúpido kraut* o el tarado proveniente de España, incluso el odio que Yao me profesaba, aún cuando no era compartido de mi lado. No. Todos ellos se convertían en molestias menores cuando de pensar en ése sujeto se trataba. Franchute imbécil. Nunca en mi vida había conocido a nadie que me molestase tanto, que me estorbase tanto, que me... acosase tanto, y ese infeliz desde el mismo momento en que nos habíamos conocido, durante mi más tierna infancia (suya no, porque él nunca fue tierno), me había hecho la vida imposible.

De solo pensar en tener que volver a la Academia, ahora, se volvía bastante tedioso. Preferia mil veces quedarme en mi hogar, leyendo, tejiendo o comiendo en compañía de mis amigos mágicos, que siempre han sido fieles a mí sin importar qué. No como la basofia extranjera que llena mi majestuosa escuela.

Puse una mueca al pensar en eso, cerrando mis ojos y sacudiendo el rostro; no, no debía ponerme de mal humor aún. Era el primer día de clases, for God's sake. ¿Qué posibilidad había de encontrarme con la mayoría de ellos...? Bueno, sí... Antonio y Ludwig iban al mismo curso, pero a Ludwig podía ignorarlo y a Antonio... podía encerrarlo en algún lado, si era como los perros. Francis iba un curso más arriba (gracias a Dios), así que eran realmente bajas las probabilidades. Con algo de suerte, si debía encontrarme con alguien de 4to prefería que ese fuese Yao, aunque ello implicase tener que soportar sus sonrisas forzadas.

Y estaba entrando a través de los majestuosos y enormes portones color negro de estilo gótico, cuando de pronto un mirada me sacó de mis pensamientos, sintiendo la desagradable sensación de ser observado. Abri mis verdes ojos y miré alrededor algo curioso, terminando por toparme a apenas unos metros justo con él. - N-ngh.......-mis ojos se pusieron en blanco en menos de un segundo, temblándome un ceja en aquel tic nervioso con el que había nacido y esbozando una sonrisa algo amenazante que lo acompañaba, una sonrisa que en ese mismo momento era la representación nerviosa de mi mala suerte.

- ¿Po-por qué tú...? Agh, ¿cómo es posible que aún sigas en estas escuela? ¿Tan bajo ha caído el nivel? ¡Hahaha~! Y yo que juraba que no pasarías de primer año-alcé una ceja y mis ojos volvieron a la normalidad, aunque con una mirada gatuna y burlesca, engreída, que venía con una risa igual.

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- Tu escuela debería sentirse honrada de tener a alguien como yo, más bien -soltó casi inmediatamente, arreglándose el cabello con un ademán de desdén en el proceso. No mentiría; Arthur había logrado ofenderle un poco, pero sólo un poco... él no necesitaba estar al nivel de una academia como esa, se encontraba en uno mucho más ilustre y elevado.- No te preocupes, yo tampoco creía que podría soportar más de un año en un lugar como este -cerró los ojos y suspiró, negando con la cabeza- pero como verás, me veo en la obligación de cumplir con la promesa que hice de quedarme aquí, como buen caballero que soy -ladeó una sonrisa zorruna, arrugando el entrecejo- oh, agonía la mía de tener que verte la cara nuevamente, a ti y a ese insulto a la madre naturaleza que tienes sobre cada uno de tus ojos. Creo que si sigo viéndolas voy a dañar mi vista -todo lo último aludiendo a sus ya tan famosas cejas inglesas, por supuesto.

Un impulso, la necesidad de contestarle a anglosajón siempre podía con él. Y, extrañamente, en ocasiones le agrada llevarle la contraria y escuchar esa molesta vocecilla reclamarle, adora sacarle de quicio, y, por sobretodo, disfruta en lo más profundo de su ser provocarle reacciones que sabe nadie será capaz de arrancarle.

El francés jamás ha dudado del desprecio de Arthur; está claro que se ha convertido en el ser más aborrecido para el inglés, y puede decir lo mismo por su parte.

Pero lo disfruta. El odio se traduce en peleas, discusiones, encuentros. Los encuentros se traducen a atención. Justo como ahora.

- Oh~, mira -da un vistazo a su reloj, con un movimiento tenue- creo que ya es hora de que entremos, no sería un buen comienzo si llegamos tarde ¿No? -aunque le encantaría que su Némesis fuese quien llegara a deshora, para restregarle en la cara el fallo de esa puntualidad inglesa de la que suele jactarse. Comenzó a caminar en dirección al establecimiento, esperando que el otro lo hiciera también... por nada en particular.

Tema: Re: El comienzo del fin (?) | Privado Jue Sep 16, 2010 4:40 pm

- ¿Honrada? Jah, por favor, ¿tú crees que necesitamos de gente extranjera como tú? Ahahaha~ tú lo único que haces es ir de un lado a otro en busca de sexo como si fueses un perro o algo, bastardo...-le miró con mala cara, frunciendo el ceño y alzando una ceja, cruzando sus brazos, algo sonrojado. Detestaba ver que solo porque la escuela se encontraba abierta a la Elite del mundo, la presencia y bienvenida de extranjeros fuese segura. No le molestaban los extranjeros pero... sí esos. Aquellos idiotas que veían inferior al Reino Unido, que protestaban sobre él y que se consideraban a sí mismos y a sus países 'mejores'.

En pocas palabras, le molestaban los franceses.

Mirándole molesto, sonrió confiado, engreído y sarcástico ante uno de sus comentarios, llevando sus manos a su cintura e inclinándose hacia el otro, mirándole. - ¡Jah! No me hagas reír~ ¿tú, un caballero? Un caballero no debería tener ese cabello afeminado o esa cosa grotesca sobre el mentón, barbudo~ -canturreó, combatiendo el insulto hacia sus cejas, por el cual solo pisó 'accidentalmente' a su acompañante, y volviendo a enderezarse.

Nuevamente había comenzado; aquella relación tan característica y particular suya. Nadie se atrevía a intervenir en sus peles, nadie quería hacerlo, y es que siendo rivales de toda la vida, un gran desprecio y a la vez, un enorme y extraño respeto surgió en ambos, expresado muy a su manera. Una compatencia necesaria y casi sana. - ¿E-eh? ¡Oi, espérame, baka! -poniendo una mueca que reemplazó su expresión confusa, siguió al francés a regañadientes, cruzando sus brazos al poder regularizar su andar. - Aunque, ¿de qué hablas...? Aún no es hora -comentó, entrando en el largo camino que dividía el portón de entrada, de la Academia.

...P-por supuesto que de ninguna manera estaba siguiendo él a Francis... claro que no. Era al revés.

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Dió un respingo y le miró, ofendido por el primer comentario. Él sabe perfectamente que el sexo es sólo una de las cosas importantes de la vida. Así como otra de ellas constituía joderle la vida a Arthur, aún cuando a veces no saliera como Francis esperaba.

N-No es que ahora fuera una de esas ocasiones en lo absoluto.

- No entiendes nada, como se esperaba de tí -sonrió de costado, pero su ceja derecha se removía, señal más explícita de su fastidio junto con el ceño fruncido que no le abandonaba en ese momento- no necesito hacer caso de los insultos de un ente tan insign----

Guardó silencio por varios segundos, como si se hubiese tragado las palabras a causa de una fuerza mayor; una llamada pisotón inglés. Aquello no había sido para nada civilizado ni caballeroso de su parte.

¿Pero quién necesitaba la caballerosidad y la civilización en momentos como este?

- I-Inglés bastardo -una risa entre cómica y maquiavélica se le escapó de los labios, parecía como si hiciera un receso entre cada tanda de carcajadas sombrías. Cuando ya estaban prácticamente dentro del recinto se detuvo, volteando su cabeza hacia el británico mientras alzaba las manos a la altura de su pecho y movía los dedos de un modo que parecía hasta peligroso, tratándose de Francis- Esta me la pagas, mon chéri.

Nadie arruinaba sus zapatos nuevos el primer día de clases.

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Tema: Re: El comienzo del fin (?) | Privado Dom Sep 26, 2010 6:20 pm

No pensaba hacer caso de las palabras de aquél retrógrada; en especial cuando sabía que la mayoría eran comentarios tontos sobre que él, supuestamente, era ‘inferior’ a Francis cuando... ¡Jah! Por favor, si el francés vivía en una utopía extraña en la que de alguna forma era superior a él, entonces estaba peor de lo que pensaba. Habían pasado años desde la última vez que Francis había logrado vencerlo en algo aunque... b-bueno, cuando se ponía de acosador, ciertamente le costaba un poco más sacarlo, esa era la razón por la que siempre terminaban a los golpes.

- Callate ya, baka... ¿Qué no tenías nada mejor que hacer que venir a molestarme? Ugh, realmente tienes tiempo libre, ¿cierto...? –rodó sus ojos, tratándolo como el inútil que (en su opinión) era, aunque pronto un detalle le descolocó. Lo miró de reojo con algo de confusión, caminando a su lado para acercarse al portal de la Academia británica pero extrañándose en demasía al notar el silencio que comenzó a reinar entre ellos. Eso era extraño, ¿acaso no pensaba responderle? ¿Rebatirle? Vaya... qué aburrido. No tenía tanto sentido si el mayor no reaccionaba tampoco, después de todo... “¡N-ngh! ¡¿Qué estoy pensando?! E-es mejor que cierre su boca de una buena vez, ¿cierto? H-hahaha, ¡claro! Si se calla es porque finalmente acepta que tengo razón, es un inútil~” Su orgullo rápidamente actuó ante cualquier otro pensamiento, canturreando nervioso; después de todo, no es como si necesitase o se le hiciese rutina el discutir con el otro, p-para nada. Ellos no eran amigos ni mucho menos.

No obstante, y aunque esos segundos se hicieron mucho más largos de lo que seguramente habían sido, pronto comprendió a qué se debieron. Un mal presentimiento se extendió en el aire y sus ojos se tornaron blancos en segundos, perdiendo su iris y siquiera sus pupilas, pasando a mirar al francés con el ceño fruncido y tenso, al igual que todo su rostro y cuerpo. - ¿E-eh? ¿Q-qué rayos te ocurre, idiota? ¡Hey! –no pudo evitar atajarse con los brazos cuando el ojiazul empezó a acercársele con aquel movimiento escalofriante de manos, tragando saliva y sabiéndose qué se venía a continuación o mínimo, que intentaría el otro hacer.

- ¡E-ekkk! ¿Qué te ocurre hoy, Francis? ¡D-das miedo! –exclamó, sumamente nervioso, poniendo sus brazos y semi cerrando sus manos por si las dudas, anticipándose en caso de que tuviese que terminar golpeando y pateando al francés con cualquier recurso para sacárselo de encima.- ¡¿A-acaso quieres pelear?! -

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- Ah~, no haré nada que no quieras, no tienes que preocuparte por eso -y nuevamente sonrió, de una mnera tan natural en el y a la vez tan escalofriante. No porque inspirara la más mínima sensación de "terror" como el convencional, sino que más bien asustaba porque provenía justamente de una persona como él; que en un abrir y cerrar de ojos podría convertir esta situación en una que le beneficiara personalmente y que, por supuesto, escapara de toda ley moral.

- No es que quiera pelear, ni nada por el estilo... haha...haha -un aura azul le rodeaba en todo momento, fruto de su desesperación personal y de ese deseo que tenía que demostrarle al inglés unas cuantas cosas. Aunque no fuera ni el lugar ni el momento adecuado. Estaba decidido.

Un paso, dos pasos. Ya estaba practicamente sobre Arthur. Sus ojos brillaban, y una sombra igual de sospechosa que su expresión le cubría la mitad del rostro. No podía ocultar la satisfacción de verle ahí, pero tampoco su desesperación por cobrar todas las acciones que el de las cejas pobladas había hecho en su contra. Francis, sin duda, podía ser verdaderamente un cabrón si se lo proponía, y esta no sería la excepción.

Ah, pero él no contaba con el sonido de la campana justo en ese instante.

Tema: Re: El comienzo del fin (?) | Privado Lun Oct 04, 2010 6:29 pm

- U-ughh... ¡n-no bromees, idiota! ¡Alejate ahora mismo! S-si te acercas... ¡¡te romperé la nariz y te morirás cuando te la eche hacia atrás, h-hahahaha!! –rió con energía y nervios recorriéndole el cuerpo, moviendo sus brazos de forma extraña, hacia arriba y abajo, flexionados con tensión al igual que sus piernas. Era una risa que podía dar miedo o risa según se lo mirase y según lo que dijese, pero era una armada mayormente para convencer al resto y a sí mismo de algo que era mejor no aceptar. Porque él no tenía miedo, claro que no... d-después de todo, él era más fuerte que Francis, el único problema era...

Cuando a Francis le entraba su estado de violador, y no precisamente de golpeador.

Pero rogar o algo parecido no era su estilo, por lo que ni bien el mayor con toda aquella aura de acosador profesional se le acercó, sus manos fueron al frente de su pecho y se cerraron en puños, preparado para matarse a golpes si era necesario, aunque su rostro decía todo lo que sentía. Sus ojos estaban blancos, sus cejas arqueadas hacia arriba en una mezcla de preocupación y miedo, tenso, con las facciones bien marcadas y duras, el rostro casi azul.

- ¡¡I-IGHH! ¡NO TE ACERQUES, IDIOTA! –chilló al verse semi acorralado, viendo que la sombra del francés avanzaba y esperando que por favor simplemente quisiese iniciar una pelea. Una pelea a golpes (o espadazos, aunque no tenían espadas allí) era algo relativamente normal entre ellos, algo que él podía ganar simplemente ahorcándolo, pero había algo que frecuentemente no le dejaba actuar o reaccionar cuando Francis comenzaba a acosarlo, a menos de que fuesen besos, o de que estuviese ebrio, un modo en el que se ponía más violento, y al cual el francés le temía.

Tragó saliva y retrocedió, mirando a todos lados como si buscase alguna salida viable por la que pudiese aunque fuese tomar distancia, agarrar un palo o rama y revoleárselo, pero en contra de todo pronóstico fue otro elemento el que lo salvó. Literalmente, salvado por la campana.- A-ahh... ¡a-ahahaha! ¡Es una pena, pero tendré que patearte el trasero en otra ocasión! Ahora quita esa cara de rana enferma y aléjate; n-no pienso llegar tarde por tu culpa –puso una leve mueca, tratando de calmarse y mostrarse de alguna forma altiva, llevando ambas manos a su cintura en el momento en que se ‘burló’. Una vez dicho eso, se arrimó cuanto pudo a la pared del instituto, buscando escapar hacia el costado.